LIBRO DE URANTIA PARTE IV LOS SERMONES DE JESUS
60. EL ÚLTIMO DISCURSO EN EL TEMPLO
A. AÑO: 30 d.C.
B. LUGAR: El templo de Jerusalén.
C. MOMENTO: Poco después de las dos de la tarde de ese martes, Jesús, acompañado por once apóstoles, José de Arimatea, los treinta griegos y otros discípulos, llegó al templo y pronunció su último discurso en los patios del edificio sagrado. Esta fue su última llamada al pueblo judío y la acusación final a sus enemigos. Los cambistas de moneda habían sido expulsados del templo. Todo estaba en silencio. Nadie le hizo ninguna pregunta.
D. REFERENCIAS: (1905.1) 175:0.1 (Mat 23)
E. IDEAS PRINCIPALES:
1. He estado con vosotros este largo tiempo, yendo y viniendo por la tierra proclamando el amor del Padre por los hijos de los hombres, y muchos han visto la luz y, por la fe, han entrado al reino del cielo.2. En relación con esta enseñanza y predicación, el Padre ha hecho muchas obras maravillosas, aun hasta la resurrección de los muertos. Muchos enfermos y afligidos han sido curados porque han creído; pero todo esto no abrió los ojos de los que se niegan a ver la luz.3. De toda forma posible, que esté de acuerdo con el hacer la voluntad de mi Padre, yo y mis apóstoles nos hemos esforzado por vivir en paz con nuestros hermanos, por conformar con los requisitos razonables de las leyes de Moisés.4. Hemos persistentemente buscado la paz, pero los líderes de Israel no lo quieren así. Al rechazar la verdad de Dios y la luz del cielo, se están aliando con el error y con las tinieblas.5. No puede haber paz entre la luz y las tinieblas, entre la vida y la muerte, entre la verdad y el error.6. Muchos de vosotros os habéis atrevido a creer en mis enseñanzas y ya habéis entrado en la felicidad y libertad de la conciencia de la filiación de Dios. Y atestiguaréis que he ofrecido esta misma filiación de Dios a toda la nación judía, aun a aquellos mismos hombres que ahora buscan mi destrucción.7. Aun ahora mi Padre recibiría a estos maestros cegados y a estos líderes hipócritas si tan sólo se volvieran a él y aceptaran su misericordia. Aun ahora no es demasiado tarde para que reciba esta gente la palabra del cielo y dé la bienvenida al Hijo del Hombre.8. Generación tras generación enviamos nuestros profetas para enseñarles y advertirles, y generación tras generación ellos mataron a estos maestros enviados por el cielo. Y ahora, vuestros obstinados altos sacerdotes y vuestros potentados testarudos siguen haciendo la misma cosa, así como Herodes ocasionó la muerte de Juan.9. Hasta tanto haya una posibilidad de que los judíos busquen la salvación, Dios mantendrá tendidas sus manos de misericordia.10. Pero cuando finalmente rechacéis la misericordia de mi Padre, esta nación caerá en un fin ignominioso.11. Este pueblo fue llamado para ser la luz del mundo, para mostrar la gloria espiritual de una raza conocedora de Dios.12. Pero tanto os habéis alejado del cumplimiento de vuestros privilegios divinos que estáis a punto de cometer la suprema locura de todos los tiempos.13. Una vez que rechacéis esta revelación de Dios al hombre, el reino del cielo será entregado a otros pueblos, que lo recibirán con regocijo y felicidad.14. Os advierto solemnemente que estáis a punto de perder vuestra posición en el mundo como abanderados de la verdad eterna y custodios de la ley divina.15. Estoy en este momento ofreciéndoos vuestra última oportunidad de arrepentiros para significar vuestra intención de buscar a Dios como niños y por la fe sincera, en la seguridad y salvación del reino del cielo.16. Mi Padre por mucho tiempo ha laborado por vuestra salvación, y yo he descendido para mostraros el camino. Muchos han creído el evangelio del reino, pero los que deberían ser los primeros en aceptar la luz del cielo se han negado a creer la revelación de la verdad—Dios revelado en el hombre y el hombre elevado a Dios.17. Mis apóstoles están aquí ante vosotros en silencio, pero pronto oiréis sus voces resonando con el llamado a la salvación—con la admonición de uniros con el reino como hijos del Dios vivo.18. Y ahora os llamo para que seáis testigos de que he ofrecido una vez más a Israel y a sus dirigentes la liberación y la salvación. Pero contempláis cómo la misericordia del Padre es despreciada y rechazados los mensajeros de la verdad.19. Sin embargo, os advierto que estos escribas y fariseos aún están sentados en el trono de Moisés; por lo tanto, hasta que los Altísimos que gobiernan en los reinos de los hombres sobrecojan esta nación, os exhorto a que cooperéis con estos ancianos de Israel.20. No se os requiere que os unáis con ellos en sus planes de destrucción del Hijo del Hombre, pero en todo lo que se relaciona con la paz de Israel, debéis someteros a ellos.21. Este es el pecado de estos gobernantes: que dicen lo que es bueno, pero no lo hacen. Echan pesadas cargas sobre vuestros hombros, pero no están dispuestos a ayudaros a vosotros. Os han oprimido con ceremonias y esclavizado con tradiciones.22. Los dirigentes se deleitan en hacer sus buenas obras para ser vistos por los hombres. Demandan las sillas de honor en las sinagogas. Quieren que todos los llamen rabinos. Al mismo tiempo, se apoderan de las casas de las viudas y sacan provecho de los servicios del templo. Rezan largas oraciones y dan limosna para ser vistos.23. Aunque debéis honrar a vuestros dirigentes y reverenciar a vuestros maestros, no debéis llamar Padre a ningún hombre. No tratéis tampoco de dominar a vuestros hermanos. Si queréis ser grandes en el reino, debéis ser siervos de todos.24. Si presumís exaltaros, seréis humillados; pero los que verdaderamente se humillan, serán exaltados. Buscad no la autoglorificación, sino la gloria de Dios. Someted vuestra voluntad a la voluntad del Padre.25. No tengo malicia alguna contra los altos sacerdotes y los potentates que buscan mi destrucción; no tengo mala voluntad contra estos escribas y fariseos que rechazan mis enseñanzas.26. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Queréis cerrar las puertas del reino del cielo a los hombres sinceros, tan sólo porque ignoran los caminos de vuestra enseñanza. Os negáis a entrar en el reino y al mismo tiempo evitáis que entren todos los demás.27. Recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, no os conformáis hasta hacerle dos veces peor de lo que era.28. ¡Ay de vosotros, altos sacerdotes que os apropiáis de los bienes de los pobres y demandáis onerosos impuestos de los que quieren servir a Dios como piensan que ordenó Moisés! Vosotros que os negáis a mostrar misericordia, ¿podéis esperar misericordia?.29. ¡Ay de vosotros, falsos maestros, guías ciegos! ¿Qué se puede esperar de una nación cuando los ciegos conducen a los ciegos?30. ¡Ay de vosotros que disimuláis al jurar! Sois tramposos porque enseñáis que si alguno jura por el templo no es nada; pero si alguno jura por el oro del templo, es deudor. ¿Qué es mayor, el oro o el templo que supuestamente ha santificado al oro?31. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos y todos los demás hipócritas que se aseguran de diezmar la menta, el eneldo y el comino, y hacen caso omiso de los asuntos más serios de la ley: la fe, la misericordia y la justicia!. Guías ciegos y maestros necios; coláis el mosquito y tragáis el camello.32. ¡Ay de vosotros, escribas, fariseos e hipócritas! Escrupulosamente limpiáis la parte de afuera de la copa y del plato, pero adentro queda la suciedad de la extorsión, los excesos y el engaño. Sois espiritualmente ciegos.33. ¡Vosotros, viciosos malvados! Hacéis que las manifestaciones exteriores de vuestra religión se conformen con la letra de vuestra interpretación de la ley de Moisés, mientras que vuestra alma está hundida en iniquidad y llena de asesinato.34. ¡Ay de todos vosotros que rechazáis la verdad y os burláis de la misericordia! Muchos entre vosotros sois como sepulcros blanqueados, que por fuera aparecen hermosos pero por dentro están llenos de los huesos de hombres muertos.35. Vosotros que rechazáis a sabiendas el consejo de Dios aparecéis por fuera como santos y rectos a los hombres, pero por dentro vuestro corazón está lleno de hipocresía e iniquidad..36. ¡Ay de vosotros, falsos guías de una nación! Habéis construido más allá un monumento a los profetas mártires de antaño, mientras complotáis para destruir a aquel de quien ellos hablaban.37. Sois los hijos protervos de los que mataron a los profetas. ¡Id pues y llenad la copa de vuestra condenación hasta su plenitud!38. ¡Ay de vosotros, hijos del mal! Juan en verdad os llamó los descendientes de las víboras, y yo os pregunto, ¿cómo podéis escapar al juicio que Juan pronunciara sobre vosotros?39. Pero aun ahora os ofrezco en nombre de mi Padre misericordia y perdón—la mano amante de la hermandad eterna.40. Mi Padre os ha enviado a los profetas—a algunos los matasteis. Luego llegó Juan y proclamó el advenimiento del Hijo del Hombre. Ahora os preparáis a derramar aun más sangre inocente.41. ¿Acaso no comprendéis que llegará el día terrible del juicio, cuando el Juez de toda la tierra requerirá de este pueblo que rinda cuentas de la forma en que rechazaron, persiguieron y destruyeron a estos mensajeros del cielo?42. Si continuáis por este camino malvado, puede que este rendimiento de cuentas os sea requerida en esta misma generación.43. ¡Oh Jerusalén, oh hijos de Abraham, vosotros que habéis apedreado a los profetas y matado a los maestros que os fueran enviados, aun ahora yo juntaría a vuestros hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de las alas, pero vosotros no queréis!44. Ahora yo me despido de vosotros. Habéis oído mi mensaje y habéis tomado vuestra decisión. Los que creyeron mi evangelio están aun ahora a salvo en el reino de Dios. A vosotros, que habéis elegido rechazar la ofrenda de Dios, yo os digo que ya no me veréis enseñando en el templo. Mi obra para vosotros está hecha. ¡He aquí que ahora yo salgo con mis hijos, y vuestra casa os queda desolada!
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