Friday, September 27, 2019

LIBRO DE URANTIA - PARTE IV - LOS SERMONES DE JESUS - 61. LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN

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LIBRO DE URANTIA PARTE IV LOS SERMONES DE JESUS
61. LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN

A. AÑO: 30 d.C.
B. LUGAR: Monte de los Olivos
C. MOMENTO: El martes por la tarde, cuando dejaron el templo, Mateo llamó la atención sobre las piedras macizas del templo, y Jesús dijo: “En los días que pronto llegarán no quedará piedra sobre piedra.” De camino al campamento de Getsemaní, pasaron por la pendiente occidental del Olivete, vieron el templo glorificado por los rayos del sol poniente y vieron aparecer las luces de la ciudad.
Se sentaron y, mientras el Maestro estaba hablando con ellos, Natanael preguntó: “Dinos Maestro, ¿cómo sabremos cuándo ocurrirán estos acontecimientos?”
E. IDEAS PRINCIPALES:
1. En respuesta a la pregunta de Natanael, Jesús dijo: os hablaré de los tiempos en los que la justicia caerá súbitamente sobre esta ciudad de nuestros padres. Después que os deje, prestad atención que ningún hombre os engañe, pues muchos intentarán llevaros por el camino equivocado.
2. No os preocupéis por las guerras y los rumores de guerras, por la escasez y los terremotos. Seréis perseguidos y expulsados de las sinagogas; seréis encarcelados y a algunos de vosotros os matarán.
3. Cuando os lleven ante los jueces, no os sintáis ansiosos por lo que debéis decir, pues el espíritu os enseñará en esa misma hora lo que debéis contestar a vuestros adversarios.
4. En estos días de congoja, aun vuestros parientes os entregarán a la prisión y a la muerte. Durante un tiempo, puede que todos los hombres os odien por mí, pero yo no os abandonaré.
5. ¡Tened paciencia! No dudéis de que este evangelio del reino triunfará sobre todos los enemigos y finalmente será proclamado a todas las naciones.
6. Entonces Andrés inquirió: Pero, Maestro, si la ciudad santa y el templo han de ser destruidos, ¿cuándo debemos abandonar Jerusalén?
7. Dijo Jesús: Podéis permanecer durante las persecuciones amargas, pero cuando los ejércitos romanos rodeen Jerusalén, debéis huir a las montañas. No os quedéis para salvar nada.
8. Este pueblo caerá por la espada y será cautivo de todas las naciones; así destruirán los gentiles la ciudad de Jerusalén.
9. Que no os engañen los falsos instructores, diciendo que el Libertador está aquí o allí.
10. Entonces Pedro preguntó: Maestro, sabemos que todas las cosas pasarán cuando aparezcan los nuevos cielos y la nueva tierra, pero, ¿cómo sabremos cuándo retornarás tú para que todo esto ocurra?
11. Dijo Jesús: Tú caes constantemente en el error porque siempre tratas de vincular la nueva enseñanza con la vieja; estás resuelto a tergiversar todas mis enseñanzas. Sin embargo, trataré de esclarecerte.
12. ¿Por qué persistís en considerar que el Hijo del Hombre se sentará en el trono de David? ¿Acaso no os he dicho en todos estos años que mi reino no es de este mundo?
13. Las cosas que contempláis ahora a vuestros pies están llegando a su fin, pero éste será un nuevo comienzo del evangelio que se expanderá a todo el mundo.
14. Cuando el reino haya llegado a su fruto pleno, estad seguros de que el Padre no dejará de visitaros con una revelación ampliada de la verdad.
15. Llegó Adán, después Melquisedek, y en estos días el Hijo del Hombre. Así, mi Padre continuará manifestando su misericordia y mostrando su amor, aun a este mundo tenebroso y malvado.
16. Después que mi Padre me haya investido de todo poder y autoridad, continuaré siguiendo vuestra suerte y guiando los asuntos del reino mediante la presencia de mi espíritu que pronto será derramado sobre toda carne.
17. Y os prometo que alguna vez volveré a este mundo, donde he vivido esta vida en la carne.
18. Muy pronto debo abandonaros y emprender la obra que el Padre ha confiado en mis manos. Pero sed valerosos porque alguna vez retornaré. Mientras tanto, mi Espíritu de la Verdad de un universo os confortará y os guiará.
19. Ahora me contempláis en debilidad y en la carne, pero cuando retorne, será con poder y en el espíritu. El ojo de la carne contempla al Hijo del Hombre en la carne, pero sólo el ojo del espíritu podrá contemplar al Hijo del Hombre glorificado por su Padre y apareciendo en la tierra en su propio nombre.
20. Pero los tiempos de la reaparición del Hijo del Hombre tan sólo son conocidos en los concilios del Paraíso; ni siquiera los ángeles del cielo saben cuándo ocurrirá.
21. Pero cuando este evangelio del reino haya sido proclamado a todo el mundo en la plenitud de los tiempos, el Padre os enviará otro otorgamiento dispensacional, o si no, el Hijo del Hombre retornará para adjudicar la era.
22. En cuanto a las tribulaciones de Jerusalén, no pasará esta generación hasta que se cumplan mis palabras. Pero en cuanto a mi regreso, nadie en el cielo ni en la tierra puede presumir hablar.
23. Pero debéis estar alertas para discernir los signos de los tiempos. Sabéis que cuando la rama de la higuera está tierna y brotan sus hojas, el verano está cerca.
24. Cuando el mundo haya pasado el largo invierno de la mentalidad materialista y discernáis el advenimiento de la primavera espiritual de una nueva dispensación, sabréis que se acerca el verano de una nueva visitación.
25. Cuando cada uno de vosotros sea llamado a abandonar la lucha de la vida y transponer la puerta de la muerte, estaréis en la inmediata presencia de la justicia, y que estáis cara a cara ante el hecho de una nueva dispensación.
26. Lo que el mundo entero debe afrontar al final de una edad, lo debéis afrontar indidivualmente cuando llegáis al final de vuestra vida natural.
27. Más tarde aquella noche, alrededor del fuego, Tomás preguntó: Puesto que has de volver para terminar la obra del reino, ¿cuál debe ser nuestra actitud mientras tú estás lejos, ocupado en los asuntos de tu Padre?
28. Dijo Jesús: Tomás, tú tampoco comprendes lo que he estado diciendo. He enseñado todo este tiempo que tu relación con el reino es espiritual e individual, mediante la comprensión por la fe de que tú eres un hijo de Dios. ¿Qué más he de decir?
29. Si conocéis a Dios y vuestra vida se ha refugiado al amparo del reino eterno, qué importa si:
Caen las naciones.
Los imperios sufren la derrota.
Los judíos perecen.
Termina una era del mundo.
Suceden altibajos temporales.
Ocurren cataclismos terrestres.
Que todo lo visible se destruya.
30. Incluso si todo eso pasara, no puede afectaros porque vuestra vida, el don del Hijo, está eternamente segura en el Padre.
31. Habiendo vivido la vida temporal por la fe—y habiendo rendido los frutos del servicio amoroso a vuestros semejantes—podéis contemplar con confianza el próximo paso en la carrera eterna.
32. Cada generación de creyentes debe continuar su obra, en vista del posible retorno del Hijo del Hombre, jexactamente como cada creyente lleva hacia adelante su obra de vida en vista de la muerte natural inevitable y siempre amenazante.
33. Cuando te hayas establecido de una vez por la fe como hijo de Dios, ninguna otra cosa importa en cuanto a la certeza de la sobrevivencia.
34. ¡No os equivoquéis! Esta fe de sobrevivencia es una fe viva, y cada vez manifiesta más frutos del espíritu divino.
35. El que hayáis aceptado cierta vez la filiación en el reino celestial, no os salva si persistentemente y de sabiendas rechazáis aquellas verdades esenciales para el logro espiritual progresivo.
36. Incluso los que habéis estado conmigo en los asuntos del Padre en la tierra, podéis desertar ahora si no amáis el servicio al Padre.

https://www.urantia.org/es/parte-iv-los-sermones-de-jesus#61_THE_DESTRUCTION_OF_JERUSALEM

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