LIBRO DE URANTIA PARTE IV LOS SERMONES DE JESUS
23. LA MUJER DE SICAR
A. AÑO: 27 d.C.
B. LUGAR: En Samaria, en el puente de Jacob, cerca de la aldea de Sicar.
C. MOMENTO: Fue sobre las seis en punto de esa tarde de verano en la que el cansado Jesús se sentó junto al pozo de Jacob. Los doce habían ido a Sicar a conseguir comida y tiendas, pues tenían la intención de estar un tiempo por los alrededores.
D. REFERENCIAS: (1612.4) 143:5.1 (Juan 4:4-42)
E. IDEAS PRINCIPALES:
https://www.urantia.org/es/parte-iv-los-sermones-de-jesus#23_THE_WOMAN_OF_SYCHAR1. El agua del pozo de Jacob era mejor para beber que la de los pozos de Sicar. Nalda, una mujer samaritana de Sicar, salió a sacar agua y encontró a Jesús sentado junto al pozo. Jesúd le dijo: “Dame de beber...”2. Nalda se sorprendió de que un hombre judío le hablara de ese modo y, malinterpretando su intención, comenzó a flirtear.3. Jesús dijo a Nalda: “En verdad te he pedido de beber, pero si tú pudieras comprender, me pedirías a mí que te diera de beber el agua viva.” “...el que beba del agua del espíritu vivo no volverá a tener sed nunca más.”4. Entonces dijo Nalda: “Dame de esa agua para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.”5. Cuando Nalda contempló la expresión de Jesús, se dio cuenta de que había confundido su cordialidad como familiaridad.6. Jesús devolvió a Nalda a sus cabales cuando, mirándola a los ojos, le ordenó: “Vete mujer, llama a tu marido y vuelve acá.”7. La asustada mujer, en su confusión, replicó: “Pero Señor, ...no tengo marido.” Entonces Jesús reveló que sabía todo de su relación con varios hombres, y añadió: “Mejor sería que dejaras de jugar con mis palabras y buscaras el agua viva que te he ofrecido en este día.”8. Para entonces, Nalda estaba seria y avergonzada, y dijo: “Señor mío, me arrepiento de la forma en que te hablé, porque percibo que eres un hombre santo o tal vez un profeta.”9. Entonces ella utilizó el recurso común de intentar esquivar el tema directo de la salvación personal llevando la conversación a la teología y la filosofía—si se debería adorar en el Monte Gerizim o en Jerusalén.10. Jesús percibió el ardid de la mujer, pero también sabía que en su corazón tenía sed del agua de vida. Por lo tanto, le dijo pacientemente que pronto vendrá el día en el cual no adoraréis al Padre ni en este monte ni en Jerusalén.11. Después de formular la filosofía de adoración de judíos y gentiles, Jesús dijo: “...la hora está por venir —ya está aquí— en que todos los que adoren sinceramente, adorarán al Padre en el espíritu y en la verdad...Dios es espíritu, y los que lo adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad.”12. Y luego añadió: “Tu salvación nace...de recibir en tu corazón esa agua viva que aun en este momento te ofrezco.”13. Nalda hizo un esfuerzo más por evitar la respuesta personal hablando de Juan Bautista y sus pronunciamientos relacionados con la llegada del Libertador. Y en respuesta a esto, Jesús hizo el asombroso anuncio: “Yo que te estoy hablando, soy él.”14. Nalda corrió hacia Sicar, y poco después regresó con una gran multitud. Los apóstoles pensaron que Jesús debía comer antes de hablar a la multitud, pero como estaba anocheciendo insistió en dirigirse a ellos justo entonces, diciendo: “Mi alimento es hacer la voluntad de Aquel que me ha enviado y llevar a cabo su obra.”15. Señalando a las gentes de Sicar, Jesús dijo: “...los campos ya blanquean para la cosecha...uno es el sembrador y otro el segador...otros han trabajado, y vosotros ahora estáis a punto de uniros con su trabajo.” Aquí se estaba refiriendo a la predicación de Juan Bautista.
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