Tuesday, July 23, 2019

EL LIBRO DE URANTIA - PARTE IV - LOS SERMONES DE JESUS - 63. LA ÚLTIMA CENA

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EL LIBRO DE URANTIA PARTE IV LOS SERMONES DE JESUS
63. LA ÚLTIMA CENA

A. AÑO: 30 d.C.
B. LUGAR: Jerusalén—en la habitación del piso superior de la casa de los padres de Juan Marcos.
C. MOMENTO: Jesús, sabiendo que no podría celebrar la Pascua con sus apóstoles el viernes, planeó tener esta comida especial con ellos ese jueves por la noche.
E. IDEAS PRINCIPALES:

1. De camino a la última cena, permanecieron en la cresta occidental del monte Olivete, mientras Jesús comenzó una discusión íntima de su trabajo en la tierra tras su partida. Se refirió de nuevo a la destrucción de Jerusalén y les amonestó que evitaran todas idea insensata de defenderle cuando sus enemigos llegaran hasta ellos. Se refirió a las "muchas moradas" del universo de su Padre. Prometió que, después de muchas tribulaciones, se sentarían con él en el reino espiritual de lo alto. (Vean El libro de Urantia(1934.4) 178:3.2)
2. Cuando los apóstoles entraron por primera vez en la habitación de arriba, hubo mucha confusión pues buscaban para ellos los asientos de honor en la mesa.
3. Después de tomar la primera copa de la ceremonia de Pascua, Jesús se preparó para representar la parábola de lavar los pies de los apóstoles.
4. Después de sentarse, Jesús dijo: He querido comer con vosotros una vez más antes de mi sufrimiento. He dispuesto esta cena esta noche porque mañana estaremos todos en manos del Padre. No volveré a comer con vosotros hasta que nos sentemos en el reino.
5. Jesús se dirigió entonces a donde estaba el agua, las vasijas y las toallas y, después de envolverse en una toalla, fue hacia donde Pedro y, arrodillándose, se preparó para lavarle los pies. Todos se levantaron en asombro total.
6. Al principio, Pedro no dejó que el Maestro le lavara los pies. Entonces dijo Jesús: Si no te lavo los pies, no participarás tú conmigo en lo que estoy a punto de realizar.
7. Entonces respondió Pedro: Entonces, Maestro, lávame no sólo los pies sino también las manos y la cabeza.
8. Mientras lavaba los pies de Pedro, Jesús dijo: El que ya está limpio, tan sólo necesita que le laven los pies. Vosotros que os sentáis conmigo esta noche estáis limpios —pero no todos. Haré este servicio por vosotros como una parábola para ilustrar el significado de un nuevo mandamiento que pronto os daré.
9. Cuando hubo terminado de lavar sus pies, Jesús dijo: ¿Comprendéis realmente lo que os he hecho? Me llamáis Maestro, y he lavado vuestros pies— ¿Por qué vosotros no queríais lavaros los pies unos a otros? Un siervo no es más grande que su amo. ¿Por qué sois tan lentos en aprender el secreto de la grandeza del reino espiritual?
10. Cuando entré a este aposento esta noche, no os conformabais con negaros orgullosamente a lavaros los pies unos a otros, sino que también caísteis en disputas entre vosotros sobre quiénes se merecían los sitios de honor en mi mesa.
11. No puede haber sitio de preferencia en mi mesa. Os amo a cada uno de vosotros como a los demás. El que quiere ser grande entre vosotros, que sea como el más joven; y el que quiere ser jefe, que sea como el que sirve.
12. Observaréis que estoy entre vosotros como el que sirve. Deberías estar dispuestos a ser siervos conmigo al hacer la voluntad del Padre.
13. Durante la comida Jesús, mirándolos, dijo: Sabiendo que las fuerzas del mal han conspirado para efectuar la muerte del Hijo del Hombre, decidí comer la cena con vosotros un día antes de la Pascua, puesto que no estaré con vosotros a esta hora mañana por la noche.
14. Ahora ha llegado mi hora, pero no hacía falta que uno de vosotros me traicionara para entregarme a las manos de mis enemigos. Mirándose unos a otros, se preguntaron: ¿soy yo?
15. Debo ir al Padre, pero no hacía falta que uno de vosotros se volviera traidor. Esto es la maduración del mal escondido en el corazón del que no supo amar la verdad con toda su alma.
16. ¡Cuán engañoso es el orgullo intelectual que precede a la caída espiritual! Mi amigo de muchos años, el que aun ahora come mi pan, está dispuesto a traicionarme.
17. Y cuando Judas preguntó: ¿soy yo?, Jesús entregó el pan a Judas, diciendo: Tú lo has dicho. Era tan natural para el anfitrión dar el pan mojado al que se sentaba a su lado izquierdo que los apóstoles no lograron comprender que Judas era el traidor.
18. Dijo Jesús: Me apena que este mal tuviera que ocurrir y esperé aun hasta esta hora que el poder de la verdad pudiera triunfar sobre el mal. Pero estas victorias no se ganan sin la fe basada en el amor sincero por la verdad.
19. Os digo estas cosas solo para que os fortalezcáis ante las tentaciones y las pruebas que os esperan. Entonces Jesús se inclinó hacia Judas y dijo: «Lo que has decidido hacer, hazlo enseguida».
20. Cuando le llevaron a Jesús la tercera copa de vino, la «copa de la bendición», tomando la copa en sus manos, la bendijo, diciendo: Tomad todos vosotros esta copa, y bebed de ella. Ésta será la copa de mi conmemoración. Ésta es la copa de la bendición de una nueva dispensación de gracia y verdad. Ésta será para vosotros el emblema del don y el ministerio del Espíritu divino de la Verdad.
21. Y no beberé otra vez de esta copa con vosotros hasta que la beba en forma nueva con vosotros en el reino eterno del Padre.
22. El Maestro estaba instituyendo una nueva cena del recuerdo como símbolo de la nueva dispensación en la cual el individuo esclarecido emerge de las cadenas del ceremonialismo y del egoísmo al gozo espiritual de la hermandad y la comunidad de los hijos de la fe liberados del Dios vivo.
23. A continuación, Jesús tomó el pan y, después de dar las gracias y de romperlo, les dijo que lo pasaran, diciendo: Tomad este pan de conmemoración y comedlo. Os he dicho que yo soy el pan de la vida. Este pan de la vida es la vida unida del Padre y del Hijo en un solo don. El verbo del Padre, tal como es revelado en el Hijo, es en verdad el pan de la vida.
24. Cuando hagáis estas cosas, recordad la vida que he vivido en la tierra entre vosotros y regocijaos de que he de seguir viviendo en la tierra con vosotros y sirviendo a través de vosotros.
25. No discutáis entre vosotros quién será el más grande. Sed todos vosotros como hermanos..
26. Esta poderosa ocasión ocurrió en un aposento superior en la casa de un amigo. No hubo nada de formalismo sagrado ni de consagración ceremonial, ni en la cena ni en el edificio. La cena de conmemoración se estableció sin sanción eclesiástica.
27. Dijo Jesús como conclusión: Toda vez que hagáis esto, será en memoria mía. Cuando me recordéis, pensad primero en mi vida en la carne, recordad que estuve cierta vez con vosotros y luego, por la fe, discernid que todos vosotros vendréis alguna vez a cenar conmigo en el reino eterno del Padre.
28. Esta es la nueva Pascua que os dejo: la memoria de mi vida autootorgadora, el verbo de la verdad eterna; y la memoria de mi amor por vosotros, el derramamiento de mi Espíritu de la Verdad sobre toda la carne.

https://www.urantia.org/es/parte-iv-los-sermones-de-jesus#63_THE_LAST_SUPPER

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