LIBRO DE URANTIA PARTE I PALABRAS DE JESUS
43. SOBRE EL TRATO CON LOS GOBERNADORES CIVILES
44. EL ESTABLECIMIENTO DE UN DÍA DE DESCANSO A MITAD DE SEMANA
45. LA RELIGIÓN DE JESÚS
“Zebedeo y Salomé se habían ido a vivir con su hijo David, para que su amplia casa pudiera estar a disposición de Jesús y de sus doce apóstoles. Aquí pasó Jesús un sábado tranquilo con sus mensajeros elegidos; bosquejó cuidadosamente los planes para proclamar el reino y explicó plenamente la importancia de evitar conflictos con las autoridades civiles, diciendo: «Si es necesario censurar a los gobernantes civiles, dejadme a mí esa tarea. Cuidaos de no hacer denuncias de césar o de sus siervos». Fue esta misma noche que Judas Iscariote llevó a Jesús aparte para preguntarle por qué nada se hacía para liberar a Juan de la prisión. Pero Judas no quedó totalmente satisfecho con la actitud de Jesús.” (1542.5) 138:5.4
“Por aquella época estableció Jesús un día de asueto en la mitad de la semana para descanso y recreación. Y se adhirieron ellos a este programa de descanso semanal por el resto de la vida material del Maestro. Como regla general, los miércoles no llevaban a cabo sus actividades regulares. En este día feriado semanal generalmente Jesús se apartaba de ellos, diciendo: «Hijitos míos, id por un día de esparcimiento. Descansad de las arduas labores del reino y disfrutad del refrescante efecto que proviene de volveros a vuestras antiguas vocaciones o de descubrir nuevas actividades recreativas». Aunque Jesús, en este período de su vida terrenal, no necesitaba realmente de este día de descanso, se adaptó a este plan porque sabía que era mejor para sus asociados humanos. Jesús era el instructor —el Maestro; sus asociados eran sus alumnos —sus discípulos.” (1542.7) 138:6.2
“Jesús se esforzó en hacer entender a sus apóstoles la diferencia entre sus enseñanzas y su vida entre ellos y las enseñanzas que subsecuentemente podrían surgir sobre él. Dijo Jesús «Mi reino y el evangelio asociado con éste deben constituir el tema de vuestro mensaje. No os desviéis, predicando sobre mí y sobre mis enseñanzas. Proclamad el evangelio del reino y describid mi revelación del Padre en el cielo pero no os extraviéis por los senderos de crear leyendas y construir un culto que tenga que ver con creencias y enseñanzas sobre mis creencias y enseñanzas». Pero nuevamente no comprendieron ellos por qué hablaba así, y nadie se atrevió a preguntarle por qué les enseñaba de este modo.” (1543.1) 138:6.3
“«Maestro, venimos a instancias de nuestros asociados para preguntar si acaso está propicio el momento de entrar en el reino; y ¿proclamarás tú el reino en Capernaum, o hemos de proseguir a Jerusalén? Y cuándo sabremos, cada uno de nosotros, el puesto que hemos de ocupar contigo en el establecimiento del reino...» y Pedro hubiera continuado haciendo otras preguntas, pero Jesús levantó una mano con gesto de admonestación y lo interrumpió. Haciendo señas a los otros apóstoles a que se le acercaran, Jesús dijo: «Hijitos míos, ¡hasta cuándo tendré que ser indulgente! ¿No os he aclarado que mi reino no es de este mundo? Os he dicho muchas veces que no he venido para sentarme en el trono de David, y ahora ¿cómo es que estáis inquiriendo qué lugar ocupará cada uno de vosotros en el reino del Padre? ¿Acaso no percibís que os he llamado como embajadores de un reino espiritual? ¿No comprendéis que pronto, muy pronto, me representaréis en el mundo y en la proclamación del reino? así como yo represento ahora a mi Padre que está en el cielo? ¿Puede ser que yo os haya elegido e instruido como mensajeros del reino, y sin embargo vosotros no comprendáis la naturaleza y significación de este reino venidero de preeminencia divina en el corazón de los hombres? Amigos míos, oídme una vez más. Quitaos de la mente la idea de que mi reino es un gobierno de poder o un reinado de gloria. En verdad, todo el poder en el cielo y en la tierra será dentro de poco entregado en mis manos, pero no es la voluntad del Padre que usemos esta dote divina para glorificarnos en esta era. En otra edad ciertamente os sentaréis conmigo en poder y gloria, pero ahora nos corresponde someternos a la voluntad del Padre y salir en humilde obediencia para ejecutar su mandato en la tierra».” (1543.4) 138:7.1
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