El Campo Más Grande
Pamela Kribbe canaliza a Jeshua
Queridos amigos, yo soy Jeshua.
Os saludo como amigo y como igual. Siente mi amor y mi respeto por vosotros. Estoy con vosotros y os tiendo la mano como hermano que conoce las emociones profundas que podéis encontrar en la vida terrena. Comprendo vuestras dudas, vuestros miedos y el desánimo que os embarga en los momentos en que las cosas no van bien, o no resultan como esperáis o anheláis.
Siente mi presencia, aquí y ahora . Estoy presente en la Tierra, conectado para siempre contigo. Somos esencialmente un solo corazón, conectados por una energía, un vínculo de amor, y por un espíritu afín y unidad. Como persona en la Tierra, como personalidad, estás enfocado en la realidad que ves y experimentas a tu alrededor: tu cuerpo tridimensional y la información que recibes del mundo que te rodea. Pero, también como humano terrenal, corre a través de ti el campo de energía de tu alma, que es mucho más grande y tiene acceso a fuentes de luz y conocimiento que son mucho mayores y de mucho mayor alcance que las terrenales. Incluyen, pero llegan más allá, la realidad terrenal.
El campo energético de tu alma corre directamente a través de ti y ese campo incluye el conocimiento y la experiencia que has adquirido durante otras encarnaciones en la Tierra. Siente ese campo, no está lejos. Siente ese campo –la presencia de tu alma– mientras te rodea. Tu conciencia como ser humano en la Tierra está muy centrada en tu vida exterior, cotidiana, en ciertos objetivos, en cosas concretas que necesitan suceder, pero para entrar en contacto con tu alma, es necesario dar un paso atrás.
Imagina que el campo de tu alma, y todo lo que hay en él, existe detrás de ti como una presencia amorosa que permanece en silencio contigo. El alma no juzga; lo asimila todo, lo incorpora como sabiduría y luego sigue adelante. Tu alma está conectada a un todo mayor, con una red de energías, una red de almas con ideas afines, y tienes la capacidad de sentir eso.
Siente tu propio cuerpo y tu personalidad terrenal; siente a la persona que lleva tu nombre. Ahora siente la presencia de tu alma detrás de ti y a tu alrededor. Y siente más allá y alrededor de eso un campo espiritual aún más grande, un terreno cósmico de conexión con otras almas. Siente la luz que está presente en este campo más grande. Siente su inmensidad y grandeza y siéntete fortalecido por ella. No estás solo en la Tierra. Si te liberas un poco del tedio diario y te tomas el tiempo para abrirte y crear espacio para ti mismo, entonces se te hará más fácil hacer contacto con estas realidades más grandes y sentirte conectado con ellas. Entonces también será más fácil para ti sentirte contenido dentro de ellas.
Yo soy parte de esa red más grande de energías, de almas conectadas, en la que tú estás incluido. No estás solo . Es importante que sientas este vínculo, porque en tu alma está el deseo de incorporar algo de la sabiduría que está presente en ese otro campo más grande y manifestarla en la Tierra; canalizarla, por así decirlo, para que grupos más amplios de personas puedan compartirla.
Os pido ahora que os conectéis de manera muy consciente con este campo más amplio que os trasciende; con esta red de luz en la que vivís, os movéis y tenéis vuestro ser, y que conocéis desde vuestra existencia entre encarnaciones. Es una red de almas conectadas que están implicadas con la Tierra y con lo que aquí sucede; es una red que está implicada con la humanidad. En cuanto os abráis a este campo, se os anima a traerlo a la Tierra y a compartirlo con los demás de cualquier forma posible.
Ahora imagina que puedes recibir un mensaje de este campo. Ese mensaje fluye hacia tu corazón en forma de energía, una palabra, un color, una imagen. No importa qué forma adopte, sólo que estés abierto a recibir un mensaje de ese campo. Luego deja que esa energía fluya hacia tu abdomen. Aunque todavía no oigas ni veas nada, dale permiso a esta energía para que se desplace hacia tu abdomen. Tal vez entonces veas una figura que te recibe desde una dimensión diferente, una dimensión de calma, claridad y dulzura. Puedes ver esa figura como un guía. Sólo observa qué forma adopta y saluda a ese guía. Siente la calidez y el afecto que tiene por ti. Esa figura puede ser cualquier cosa: un hombre, un ángel, un animal.
Ahora imagina que eres ese guía. Entra con tu conciencia en esa figura y siente desde dentro quién es ese guía y cómo te sientes. Siente que hay un acuerdo entre tú y tu guía; que tenéis algo en común. Un guía te permite ver algo sobre ti mismo. La cualidad que el guía te irradia, y que tú encuentras especial y valiosa, es en sí misma lo que estás desarrollando. Puedes ver esta cualidad presente en el guía, aunque en una forma más madura, porque este don, este potencial, también está presente dentro de ti; estás desarrollando esta cualidad que ya es inherente a ti.
Ahora, despídete de esta guía y regresa a tu cuerpo. Siente que eres un habitante de dos mundos. Con tu personalidad terrenal, participas del mundo de la vida cotidiana, la realidad social con todas las ideas que están vivas en ella, y, al mismo tiempo, eres parte de una atmósfera de ser que es muy abierta y libre y muy diferente en naturaleza a la de la realidad cotidiana. Aprender a conectar estos dos mundos es el arte de vivir . De esta manera, la luz y la libertad del otro lado –el reino del alma y la red más grande del espíritu que lo rodea– pueden entrar en tu vida diaria. Éstas son las semillas que se depositan en la Tierra, las semillas que causan nuevo crecimiento e inspiración entre los humanos.
Tu principal tarea es conectarte interiormente con los diferentes niveles del ser. Entonces todo empieza a fluir de forma natural y espontánea y sabes lo que tienes que hacer. Cuando digo que estás aquí para canalizar luz hacia este mundo no quiero decir que quiera ponerte a trabajar; más bien, estoy señalando algo que ya está emergiendo. Tú ya estás desarrollando ese canal, y cuanto más conscientemente conectes estos dos mundos, más fácil te resultará descubrir quién eres realmente y sabrás qué es lo que te da alegría hacer.
Siempre funciona mejor si te expresas desde una corriente de alegría. La alegría es un signo de lo bueno y lo verdadero; recuérdalo. No te fuerces a adoptar todo tipo de actitudes tratando de hacer todo lo posible para cumplir tu misión. Simplemente sé tú mismo y sigue el camino natural de la relajación y la alegría. Así es como funcionan el espíritu y el alma. Entonces es una energía que puede llegar más plenamente a la Tierra: la energía de la alegría y la tranquilidad, en lugar de la del dolor y la lucha.
Muchas gracias por tu atención. Te quiero, siempre.
© Pamela Kribbe
Traducción de Maria Baes y Frank Tehan
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