Saturday, February 8, 2020

EL LIBRO DE URANTIA Parte I - Palabras de Jesús


EL LIBRO DE URANTIA Parte I - Palabras de Jesús
18. EL TRATO CON UN ALMA INSATISFECHA
19. LA FUTILIDAD DE PASAR TIEMPO CON LOS DESHEREDADOS
20. LA REHABILITACIÓN DEL REINCIDENTE

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“Uno de los jóvenes que cierto día trabajaban con Jesús en la construcción del aspa, se mostró muy interesado en las palabras que él hablaba hora trás hora mientras que trabajaban en el astillero. Al sugerir Jesús que el Padre celestial se interesaba por el bienestar de sus hijos en la tierra, este joven griego, Anaxando, dijo: «Si los Dioses se interesan en mí ¿por qué no alejan al capataz cruel e injusto que está a cargo de este taller?» Se sorprendió cuando Jesús replicó: «Puesto que conoces los caminos de la amabilidad y valoras la justicia, tal vez los Dioses han puesto este hombre equivocado cerca de ti para que le conduzcas por un mejor camino. Tal vez seas tú la sal que ha de hacer a este hermano más agradable para el gusto de todos los demás hombres; es decir, si no has perdido tu sabor. Así como están las cosas, este hombre es tu amo porque sus modos malvados ejercen una influencia desfavorable sobre ti. Por qué no afirmar tu señorío sobre el mal por virtud del poder de la bondad, convirtiéndote así tú en el amo en toda relación entre vosotros dos? Puedo predecir que el bien que hay en ti podría vencer el mal que hay en él si le dieras una oportunidad ecuánime y viva. No hay aventura más apasionante en el curso de la existencia mortal que el regocijo de actuar como socio de la vida material que se une con la energía espiritual y la verdad divina en una de sus luchas victoriosas contra el error y el mal. Es una experiencia maravillosa y transformadora tornarse en el canal viviente de la luz espiritual que ha de iluminar al mortal que permanece en la oscuridad espiritual. Si estás más bendecido con la verdad que este hombre, su necesidad debería ser para ti un desafío. ¡No por cierto eres el cobarde que, parado a la orilla del mar puede mirar como perece un semejante que no sabe nadar! ¡Cuánto más valiosa es el alma de este hombre que se debate en las tinieblas, comparada con su cuerpo que se ahoga en el mar!»” (1430.2) 130:2.4
“Finalmente llegaron a Neápolis, ya sintiendo que se estaban acercando a su destino final, Roma. Gonod tenía muchas transacciones de negocios en Neápolis, y aparte del tiempo en que Jesús era necesitado como intérprete, él y Ganid dedicaban los ratos libres a visitar y explorar la ciudad. Ganid se estaba haciendo adepto en detectar a aquellos que parecían necesitar ayuda. Encontraron mucha pobreza en esta ciudad y distribuyeron muchas limosnas. Pero Ganid nunca comprendió el significado de las palabras de Jesús cuando, después de darle una moneda a un mendigo, se negó a detenerse y consolar al hombre. Jesús dijo: «Por qué gastar palabras con los que no pueden percibir el significado de lo que dices? El espíritu del Padre no puede enseñar y salvar a alguien que no tiene capacidad para la filiación». Lo que Jesús quiso decir era que el hombre no era de mente normal; que carecía de la facultad de reacción a la guía espiritual.
“No ocurrió ninguna experiencia especial en Neápolis; Jesús y el joven recorrieron toda la ciudad, repartiendo buenos augurios y sonrisas a cientos de hombres, mujeres y niños."  (1440.4) 130:8.4
“Pasaron una semana completa en Siracusa. El evento más notable de esta escala fue la rehabilitación de Esdras, el judío descarriado, que era el tabernero del lugar donde Jesús y sus compañeros se hospedaban. Esdras estaba encantado de que Jesús le abordó y él le pidió que lo ayudara a volver a la fe de Israel. Expresó su desesperanza diciendo: «Quiero ser un verdadero hijo de Abraham, pero no consigo encontrar a Dios». Jesús le dijo: «Si realmente quieres encontrar a Dios, ese deseo es en sí prueba de que ya lo has encontrado. Tu problema no es que no puedas encontrar a Dios, porque el Padre ya te ha encontrado a ti; tu problema es simplemente que no conoces a Dios. ¿Acaso no has leído las palabras del profeta Jeremías: ‘me buscaréis y me hallaréis cuando me busquéis de todo vuestro corazón'? Acaso no dice también este mismo profeta: ‘y te daré corazón para que me conozcas que yo soy el Señor y tú pertenecerás a mi pueblo, y yo seré tu Dios'? ¿Y no has leído en las escrituras donde dice: ‘Él mira a los hombres, y si alguno dijere: he pecado y he pervertido lo que era justo, y no me ha aprovechado, entonces Dios librará el alma de ese hombre de la oscuridad, y verá la luz'?» Así Esdras encontró a Dios para satisfacción de su alma. Posteriormente, este judío, en sociedad con un próspero prosélito griego, construyó la primera iglesia cristiana en Siracusa.” (1440.2) 130:8.2 (Jer 29:1324:7)

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