Friday, March 27, 2020

LIBRO DE URANTIA - PARTE II - LOS MILAGROS DE JESUS - 1. EL AGUA Y EL VINO

LIBRO DE URANTIA
PARTE II
LOS MILAGROS DE JESUS
1. EL AGUA Y EL VINO

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A. AÑO: 26 d.C.
B. LUGAR: Caná de Galilea
C. MOMENTO: Poco después de la elección de los seis primeros apóstoles, la familia de Jesús y los apóstoles fueron invitados a una boda en Caná. María viajó a Caná como la reina madre caminando por las nubes. Había unos mil invitados.
D. REFERENCIAS(1529.4) 137:4.7 (Juan 2:1-11)
E. EL MILAGRO: “Gradualmente Jesús se fue dando cuenta de lo que había sucedido. De entre todas las personas que estaban presentes en la fiesta matrimonial de Caná, Jesús era el que más sorprendido estaba. Otros habían esperado que él obrara un prodigio, pero eso era precisamente lo que se había propuesto no hacer. Y recordó entonces el Hijo del Hombre la admonición de su Ajustador del Pensamiento Personalizado en las montañas. Recordó que el Ajustador le había advertido acerca de la incapacidad de todo poder o personalidad de privarlo de su prerrogativa creadora de ser independiente del tiempo. En esta ocasión, los transformadores del poder, los seres intermedios, y todas las demás personalidades requeridas estaban reunidas junto al agua y a los otros elementos necesarios, y en presencia del deseo expreso del Soberano Creador del Universo, no había forma de evitar la aparición instantánea del vino. Este acontecimiento se confirmaba doblemente pues el Ajustador Personalizado había significado que la ejecución del deseo del Hijo no representaba en modo alguno una contravención de la voluntad del Padre.
“Pero éste no fue en ningún sentido un milagro. No se había modificado, abrogado, ni trascendido ninguna ley de la naturaleza. No sucedió nada sino la abrogación del tiempo en asociación con la acumulación celestial de los elementos químicos que se requieren para la elaboración del vino. En Caná, en esta ocasión, los agentes del Creador hicieron vino tal como lo hacen mediante procesos naturales ordinarios, excepto que lo hicieron independientemente del tiempo y con la intervención de las agencias sobrehumanas en cuanto a acumular en el espacio los ingredientes químicos necesarios.
“Además, era evidente que la realización de este llamado milagro no era contraria a la voluntad del Padre del Paraíso, pues de otra manera no hubiera ocurrido, ya que Jesús se había sometido en todas las cosas a la voluntad del Padre.
“Cuando los criados llevaron este nuevo vino y se lo ofrecieron al padrino, el «maestro de ceremonias», y cuando lo hubo probado, se dirigió al novio, diciéndole: «Es costumbre servir el buen vino primero y, cuando los huéspedes han bien bebido, ofrecer el fruto inferior de la vid; pero tú has guardado el mejor vino para la culminación de la fiesta.»
“María y los discípulos de Jesús mucho se regocijaron ante el supuesto milagro, que pensaban Jesús había llevado a cabo intencionalmente, pero Jesús se retiró a un rincón solitario del jardín y se puso a meditaciones serias durante breves momentos. Finalmente decidió que el episodio estaba más allá de su control personal bajo las circunstancias en que se produjo y, no siendo adverso a la voluntad de su Padre, era inevitable. Cuando apareció nuevamente entre los invitados, todos lo contemplaron con temor; todos creían en él como el Mesías. Pero Jesús estaba dolorosamente perplejo, sabiendo que creían en él sólo debido al suceso extraño que inadvertidamente habían presenciado. De nuevo se retiró Jesús a la azotea de la casa para meditar sobre los sucesos que acababan de pasar.
“Ya comprendía Jesús plenamente que debería mantenerse continuamente en guardia para que sus sentimientos de simpatía y lástima no produjesen una repetición de episodios de esta naturaleza. Sin embargo, muchos eventos semejantes ocurrieron antes de que el Hijo del Hombre se despidiera definitivamente de su vida mortal en la carne.”
F. MOTIVACIÓN:
  1. Este episodio demuestra el afecto profundo - el amor profundo - de Jesus hacia su madre.
  2. Este acontecimiento corrobora la realidad de la naturaleza humana de Jesús de Nazaret.
  3. Esto ilustra lo poco obstaculizado por el tiempo que estaba Jesús, si bien estaba sujeto a las limitaciones del espacio.
  4. Jesús estuvo siempre sometido a la voluntad del Padre. El agua y el vino sirven para mostrar que Dios permite a menudo que sucedan acontecimientos inusuales (incluso milagrosos) en la misión terrenal de su Hijo.
  5. Este acontecimiento muestra también que muchos acontecimientos de la vida de Jesús que parecían ser milagrosos no lo eran. Representaban meramente un preconocimiento por su parte (vean la escasez de peces—(1628.4) 145:1.1) o como este, que representaba un acortamiento del tiempo.

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