Monday, September 29, 2025

Madre María: Deja ir el tiempo - por Pamela Kribbe

Queridos amigos,

Soy María. Estoy aquí para traer la energía de alegría y ligereza que reside en tu corazón.

Recuerda cómo era ser niño. Tu cerebro aún no había evolucionado tanto, así que te resultaba más natural concentrarte en tus emociones y fluir con ellas. Tu energía se concentraba mucho menos en tu cabeza y mucho más en tu cuerpo y tus extremidades. Un niño necesita literalmente moverse y jugar porque tiene muchísima energía en su cuerpo.

Mientras te hablo, permite que el foco de tu atención y tu energía descienda a tu corazón, a tus brazos y piernas, y se conecte con la Tierra.

Siente cómo las energías de la naturaleza quieren apoyarte, porque eres parte de ella. A través de tu cuerpo, formas parte del reino animal y del reino vegetal. Recuerda la sabiduría de tu cuerpo, que es simple y clara.

Justo en medio de tu cuerpo se encuentra una fuente de vida: la energía vital. Conéctate con ella ahora. Deja que tu respiración la toque cada vez que inhales. De niño, estabas en contacto natural con esta fuente.

Tu propósito esencial, tu propósito espiritual, es reconectar con esa parte infantil que llevas dentro. La vida en la Tierra está destinada a ser alegre, y ahora me gustaría hablarte sobre cómo es posible llevar cargas pesadas y, al mismo tiempo, tener alegría y ligereza en la vida.

La primera clave es dejar ir el tiempo.

A menudo te presionas porque sientes que debes alcanzar metas espirituales o de otro tipo en un plazo determinado. Pero este es un pensamiento muy humano, y a medida que te acercas a tu alma, el tiempo pierde importancia; tiende a evaporarse. Recuerda que, de niño, cuando te divertías o jugabas, te perdías en ello; no existía el tiempo en tu consciencia. Así que, cuando vives así, cuando vives el momento, te dejas llevar mucho más por el fluir natural de la vida.

Hay momentos en la vida en los que tienes que enfrentarte a emociones internas profundas, como el miedo, la ira, la resistencia o la tristeza. Si simplemente te mantienes presente con la emoción, sin pensar demasiado en ella, notarás que tiene un principio y un final, y que tras un encuentro profundo con estas viejas capas de dolor, llegará un momento de ligereza y ganas de vivir la vida con alegría.

Atrévete a ser como un niño de nuevo y siéntelo ahora mismo. ¿Qué necesito en mi vida para sentir más alegría, de una manera muy sencilla? Y no tengas miedo de dártela, de consentirte un poco. Tu niño interior a menudo quiere llevarte de la mano y guiarte hacia el ahora, hacia el presente. A menudo te quedas atrapado en pensamientos sobre el pasado o problemas que necesitas resolver, pero la vida es aquí y ahora.

Como almas, se encuentran cerca del final de un ciclo de vidas. Y como ya hemos mencionado, este es un momento de transición y de plenitud: están dando a luz a un nuevo yo. Es cierto que las heridas y el trauma de vidas pasadas necesitan volver a visitarlos para sanar y liberarse, pero al conectar con el nuevo yo que está naciendo, también pueden conectar con la alegría y la ligereza del futuro. Y me gustaría invitarlos a hacer precisamente eso.

Imagina que la Nueva Tierra se ha manifestado con mayor claridad en este planeta. Habrá una apertura de corazón a corazón; será más fácil confiar en los demás y mostrarles abiertamente tu confianza y amor. Habrá más alegría y cooperación entre las personas. Aún habrá energías que necesitan resolverse y equilibrarse, pero la pesadez y el dolor del pasado se habrán transformado en sabiduría y compasión. Siente la energía de este futuro ahora mismo; siente cómo ese futuro te invita a acercarte; siente la energía de la Tierra viva bajo tus pies; y siente su alegría y su pasión por el futuro.

Imagínate ahí, en la Nueva Tierra. Tu corazón está abierto y tus pies firmemente arraigados en la tierra. Ahora sigue tu primer impulso: ¿qué te gusta hacer en ese lugar? ¿Hay algún trabajo o arte que te atraiga? ¿Te gusta trabajar con niños, con otras personas o, mejor dicho, hacer algo por tu cuenta? Todo es posible allí.

Y sobre todo, siente el amor de la Tierra que te da la bienvenida. Ella te reconoce como el maestro y sanador que eres, y al mismo tiempo quiere nutrir tu lado infantil, tu lado juguetón y alegre.

Gracias por estar aquí hoy, y recuerda siempre que la alegría de los reinos celestiales está cerca.

Madre María



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