Thursday, April 2, 2020

LIBRO DE URANTIA - PARTE II - LOS MILAGROS DE JESUS - 8. EL SIERVO DEL CENTURIÓN

LIBRO DE URANTIA PARTE II LOS MILAGROS DE JESUS
8. EL SIERVO DEL CENTURIÓN

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A. AÑO: 28 d.C.
B. LUGAR: Cafarnaúm
C. MOMENTO: Cuando se preparaban para ir a Jerusalén para la Pascua, Mangus, un capitán de la guardia romana, suplicó a los rectores de la sinagoga que intercedieran ante Jesús por su siervo afligido.
E. EL MILAGRO: “El día anterior a la partida del grupo apostólico para la fiesta de la Pascua en Jerusalén, Mangus, un centurión o capitán de la guardia romana estacionado en Capernaum, fue a ver a los rectores de la sinagoga, dijo: «Mi ordenanza fiel está enfermo y a punto de morir. ¿Podéis vosotros ir a ver a Jesús en mi nombre e implorarle que cure a mi siervo?» El capitán romano decidió proceder de este modo, porque pensaba que los líderes judíos tendrían más influencia sobre Jesús. Así pues, los ancianos fueron a ver a Jesús y su vocero dijo: «Maestro, te imploramos que vayas a Capernaum y salves al siervo favorito del centurión romano, quien es digno de tu atención porque ama nuestra nación y aun nos ha construido la sinagoga en la que has hablado tantas veces»
“Y cuando Jesús les oyó, dijo: «Iré con vosotros». Así pues fue con ellos a la casa del centurión, y antes de entrar ellos al patio, el soldado romano envió afuera a sus amigos para que saludaran a Jesús, instruyéndoles que dijeran: «Señor, no te molestes en entrar a mi casa, pues yo no soy digno de que entres bajo mi techo. Tampoco me consideré yo digno de ir a verte; por eso envié a los ancianos de tu pueblo. Pero sé que puedes decir la palabra desde donde estás y mi siervo sanará. En efecto, yo mismo tengo jefes que me ordenan, y yo ordeno a mis soldados, y le digo a éste que vaya y él va; le digo a este otro que venga y él viene y a mis siervos que hagan esto y aquello, y lo hacen»
“Y cuando Jesús oyó estas palabras, se volvió y dijo a sus apóstoles y a los que estaban con ellos: «Me maravilla la fe de este gentil. De cierto, de cierto os digo, no he encontrado una fe tan grande, no, no en Israel». Jesús dio la espalda a la casa, y dijo: «Vayámonos de aquí». Y los amigos del centurión entraron a la casa y le dijeron a Mangus lo que Jesús había dicho. Desde ese momento el siervo comenzó a sanar y finalmente recobró por completo su salud y utilidad normal.
“Pero nunca supimos exactamente qué pasó en aquella ocasión. Éste es simplemente el relato, y no fue revelado a los que acompañaban a Jesús si los seres invisibles operaron la curación del siervo del centurión o no. Sólo conocemos el hecho de la recuperación completa del siervo.”
F. MOTIVACIÓN:
  1. He aquí un buen ejemplo de la creencia en la intercesión—utilizar la influencia de alguien para obtener favores de Dios. El pagano temía ir directamente a Jesús—fue a ver a los rectores de la sinagoga.
  2. Jesús estaba siempre interesado en la gente que buscaba ayuda—todo tipo de ayuda. Nunca hizo oídos sordos ante el sufrimiento humano.
  3. En este caso, nuestros amigos invisibles confiesan con franqueza que no saben lo que sucedió. No saben si fue un milagro o solo otro caso de preconocimiento.

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