Thursday, April 2, 2020
Heavenletters - Los Miedos Son Como Baches - Heavenletter # 710
Heavenletters
Los Miedos Son Como Baches
Heavenletter # 710
Publicado el: 29 de Septiembre de 2002
Dios dijo:
Los miedos son imaginación. Son reales solo hasta donde tú dices. En general, haces mucho de ellos.
Hay una diferencia entre miedo y sentido común. Le recomiendo que no cruce una calle con tráfico sin mirar a ambos lados.
No necesitas superar todos tus miedos. Tu vida es más que deshacer tus miedos. Pero tus miedos tampoco necesitan ser la base de tu vida. No necesitas pasar tu vida esquivándolos. ¿Son los miedos realmente tan siniestros?
Si crees que debes vencer todos tus miedos, les estás dando demasiada importancia. No son un poderoso oponente magnífico. Son solo miedos. No tienes nada que demostrarles o sobre ellos.
Puedes considerarlos como baches. No te vuelves frenético cada vez que te encuentras con un bache. Lo revisas o lo rodeas, y no escribes en tu diario al respecto. Los baches están ahí, eso es todo.
Los miedos imaginados son infundados. Ciertamente, el de hablar ante grupos no tiene fundamento. ¿De verdad temes a la opinión pública? ¿Crees que una audiencia te apedreará? Tu ego está en riesgo, eso es todo. ¿Cuál es el problema si te caes de bruces? ¿Qué piensas tú que sucederá? ¿Crees que todo el mundo te desterrará? Incluso podrían aplaudirte.
¿Es este el mismo miedo que preocuparse por lo que alguien pensará de ti pero magnificado?
Miedo a la pérdida de las finanzas. Esto se cierne sobre ti. Piensas que el dinero y la opinión pública son tu medio de vida.
El miedo a la pérdida de salud. Oh, eso es real, dices. Se ha hecho real. No le des tanto miedo a la enfermedad. No lo sufras de antemano.
El miedo a la muerte del cuerpo? Esa es la más infundada de todas. Ese es solo otro miedo al cambio. Eso es solo miedo a romper los límites. Eso es solo el miedo a soltar el cuerpo y la vida exterior de la que tanto te quejas. Es un gran miedo lo que dice que puedes perder cualquier cosa.
Esa es la premisa de tus miedos. Tu adoración a la pérdida. Lo adoras incluso cuando sabes que no puedes perder lo que es tuyo eternamente. Y de todos modos no puedes perder lo que nunca fue tuyo. Aun así, pones la pérdida en una plataforma y adoras la posibilidad de ello.
Cuando devuelve un libro a la biblioteca, no siente que haya tenido una pérdida. Simplemente devolvió algo que todas las partes entendieron que haría. No te apegas tanto a los libros que sabes que tendrás que regresar. Léelos, disfrútalos, porque para eso están. No tienen el propósito de mantener o estanterías en su casa. Deben regresar de donde vinieron.
Cuando le das la mano a alguien, ¿sientes que has perdido la mano? O cuando terminas de estrechar la mano, ¿has perdido la mano que estrechaste? ¿Qué se te puede quitar que sea tuyo?
Tu vida es indudablemente tuya. Es tuyo para siempre, como siempre lo ha sido. Tu cuerpo puede morir, pero no tú. Esa es una imposibilidad, no vale la pena considerarla.
Tienes la propiedad de tus pensamientos, tus acciones, tus respuestas, tu corazón, tu vida eterna. Cualquier otra cosa que creas que tienes es una presunción falsa. Por eso te preocupas tanto por perderlo; sabes que no es realmente tuyo para siempre o incluso el tiempo que quieras. Sigues esperando que te quiten lo que no es tuyo.
Ahora mismo, en tu corazón, arroja a los cielos todo lo que no es realmente tuyo. En lugar de temerlo en tu imaginación, suéltalo ahora en tu imaginación. Ya no necesita preocuparse por la hora de la desaparición de su cuerpo o el estado de la misma mientras está en la tierra o por cualquier otra cosa que tenga tan apretada que no sea suya por derecho divino
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