LIBRO DE URANTIA PARTE II MILAGROS DE JESUS
6. EL HIJO DEL NOBLE
A. AÑO: 28 d.C.
B. LUGAR: Caná—durante su segunda visita. El hijo afligido estaba en Cafarnaúm.
C. MOMENTO: Tito suplicó a Jesús que fuera y curara a su hijo—Jesús le dijo: “Tu hijo vivirá.”
D. REFERENCIAS: (1644.4) 146:5.2 (Juan 4:46-54)
E. EL MILAGRO: “Cuando este noble ubicó a Jesús en Caná, le suplicó que se apresurara camino a Capernaum para curar a su hijo afligido. Mientras los apóstoles lo rodeaban anhelantes de esperanza, Jesús, contemplando al padre del muchacho enfermo, dijo: «¿Cuánta paciencia debo teneros? El poder de Dios está en vuestro medio, pero si vosotros no veis signos de milagros ni contempláis maravillas os negáis a creer». Pero el noble hombre le encareció a Jesús: «Señor mío, yo sí creo, pero ven adonde mi hijo que se está muriendo, porque cuando le dejé ya estaba a punto de perecer». Y después de inclinar Jesús la cabeza por un momento en meditación silenciosa, repentinamente habló: «Vuelve a tu hogar; tu hijo vivirá». Tito creyó las palabras de Jesús y de prisa se encaminó de vuelta a Capernaum. Mientras caminaba sus siervos salieron a su encuentro diciendo: «Regocíjate, pues tu hijo está mejor —vive». Tito les preguntó a qué hora había empezado la mejoría del muchacho, y cuando los siervos respondieron, «ayer alrededor de la hora séptima bajó la fiebre», el padre recordó pues que alrededor de esa hora le había dicho Jesús: «Tu hijo vivirá». De allí en adelante Tito creyó de todo corazón, y su familia entera también creyó. Este hijo llegó a ser un poderoso ministro del reino y más tarde inmoló su vida con los que sufrían en Roma. Aunque todos los familiares de Tito, sus amigos y aun los apóstoles consideraron este episodio un milagro, no lo fue. Por lo menos no fue un milagro de curación de una enfermedad física. Fue simplemente un caso de preconocimiento de los procesos de la ley natural, el tipo de conocimiento previo al cual Jesús recurrió frecuentemente después de su bautismo.”
F. MOTIVACIÓN:
- Si bien está incluido entre los milagros, no fue realmente un milagro de curación—fue un caso de preconocimiento de Jesús del funcionamiento de la ley natural.
- Jesús deseaba honrar la fe del padre; en consecuencia, no explicó claramente lo que había tenido lugar, pero lo envió a casa con la certeza de que su hijo se recuperaría.
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