El Despertar
Aurora - La Federación Galáctica
Para algunas personas, la palabra "atención plena" se ha convertido en una palabra de moda. Pero la atención plena no es una idea o técnica novedosa que se ha sacado de su contexto oriental y se nos ha impuesto. No es solo otro concepto esponjoso que se supone que nos distrae de los problemas reales que tenemos entre manos.
Más bien, es una práctica y una forma de vida que se remonta a miles de años. Se conoce como smrti en sánscrito, que significa 'recordar' o 'recordar', y apunta a la noción de que nuestras vidas se componen de momentos, tanto agradables como desagradables.
La atención plena consiste en observar la mente en acción, permitiéndole seguir su curso sin quedar atrapada en su contenido. No tenemos que identificarnos con cada pensamiento o emoción que pasa. Podemos apartarnos del drama de la actividad mental, el parloteo de la mente pensante, y permitir que su incesante actividad se desarrolle sin apegarnos ni involucrarnos en ella. Esto requiere capacitación: ¡no puede simplemente hacer una resolución de Año Nuevo un día en el que ya no se verá atrapado en su propio proceso de pensamiento!
El desafío para nosotros es ser más conscientes, darnos cuenta de lo que está sucediendo en estos momentos, de modo que podamos tomar decisiones informadas sobre cómo lidiar con ellos en lugar de simplemente reaccionar en piloto automático.
La atención plena es una cualidad interior que podemos desarrollar a través de la meditación y otras técnicas, pero también tiene aplicaciones prácticas en la vida diaria.
Al ser más conscientes de lo que sentimos y pensamos, podemos tomar mejores decisiones sobre cómo actuar y manejar nuestras emociones (en lugar de que sean ellas las que dicten nuestro comportamiento).
La capacidad para hacer esto proviene de la práctica de la meditación de atención plena. Al aprender a observar el flujo de los eventos mentales en lugar de identificarnos con ellos, nos volvemos menos susceptibles a quedar atrapados en su drama.
La atención plena nos brinda una forma práctica de ponernos en contacto con la totalidad de nuestro ser, de vernos a nosotros mismos por quienes somos.
Nos devuelve al momento presente y nos ayuda a ver las cosas como son.
Sammasati, la atención plena, es un antídoto contra la codicia, el odio y la ilusión porque nos ayuda a ver cómo los mantenemos en su lugar a través de nuestra identificación inconsciente con nuestros pensamientos y sentimientos. Al no quedar atrapados en estos estados mentales destructivos, debilitamos su control sobre nosotros.
Tara Brach dice: "Cuando somos conscientes de lo que sucede dentro de nosotros, nuestras emociones, los antojos que estimulan algunas acciones habituales, las dudas sobre nosotros mismos que pueden sabotear nuestros esfuerzos, entonces podemos reconocer lo que está sucediendo sin dejarnos llevar por ello. Podemos ver que es solo un sentimiento, una emoción o un pensamiento que pasará ".
La atención plena es la práctica de estar presente, consciente y despierto. No es solo un estado de ánimo, sino una forma de ser. La atención plena desafía la definición; es simplemente "estar aquí ahora" de una manera particular. Si bien se han ofrecido muchas definiciones, la atención plena debe experimentarse y comprenderse.
Esta es una práctica simple que se puede realizar mientras camina, está de pie o sentado. Elija un objeto cercano y mírelo con atención. Verlo de verdad. Observe su color, textura, forma y dimensiones. Cuando realmente haya visto ese objeto, deje que el foco de su atención se desplace hacia algo más cercano. Luego haz lo mismo con ese objeto: míralo con atención y luego suéltalo mentalmente.
Sintonice nuevamente el primer objeto, luego cambie su enfoque a otro objeto más. Después de haber hecho esto durante aproximadamente un minuto, repita el proceso con un objeto que esté más lejos de usted.
En otras palabras, aumente gradualmente la distancia entre usted y cada objeto sucesivo. Su capacidad para mantenerse concentrado en cada objeto mejorará con la práctica, al igual que su capacidad para mantener la concentración durante períodos de tiempo más prolongados.
SUGERENCIA: Al mirar de un objeto a otro, no se preocupe por el lugar al que se dirige; simplemente disfruta el viaje!
La atención plena va más allá de la relajación o la concentración; es conciencia sin juicio ni control. Es la capacidad de ser consciente de lo que estamos haciendo, pensando y sintiendo en cualquier momento. Podemos ser conscientes mientras caminamos por la calle, tomamos nuestro café matutino o escuchamos música. Ser consciente no significa que nuestras mentes estén en blanco; significa que estamos despiertos, atentos y conscientes.
La atención plena implica tener una actitud abierta y de aceptación hacia uno mismo y la propia experiencia en el momento presente. Esta apertura incluye no tener expectativas sobre ti mismo o tu experiencia y ninguna exigencia de que seas diferente de lo que realmente eres en ese mismo momento.
Cultivar la atención plena solo significa prestar atención, ser consciente de lo que está sucediendo tanto dentro como a nuestro alrededor en este mismo momento. Cuando somos conscientes, ya no estamos perdidos en nuestros pensamientos sobre el pasado o el futuro. No juzgamos ni evaluamos. Simplemente estamos siendo conscientes.
La atención plena nos permite ver las cosas con claridad sin filtros ni prejuicios. Es una forma de experimentar el mundo de forma directa y honesta, sin distorsiones. Puede ayudar a aclarar nuestras emociones y nuestra vida, permitiéndonos tomar decisiones más sabias en cada momento.
Una de las cosas más importantes que podemos hacer por nosotros mismos es cultivar la atención plena, la capacidad de notar y estar presente con nuestra propia vida, con nuestra propia experiencia.
La atención plena no es tanto una cosa como una forma de ver y estar en el mundo. A menudo se describe como el arte de prestar atención, pero es más que eso. Es una forma de ver las cosas con claridad y compasión en lugar de a través del velo de nuestros pensamientos y sentimientos.
La atención plena a veces se llama "el corazón" o "el espíritu" en el budismo porque se trata esencialmente de estar despierto - despierto en el momento presente sin perderse en pensamientos o atrapado en la emoción; sobre saber qué estamos haciendo y por qué lo hacemos; sobre tener respeto por nosotros mismos y los demás.
Este tipo de conciencia del momento presente nos ayuda a vivir sabiamente, felizmente, con compasión y bien.
Te amamos mucho.
Estamos aquí contigo.
Somos tu familia de luz.
A'HO
Aurora Ray
Embajador de la Federación Galáctica
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