Jeshua: Tu tarea es irradiar - Canal: Pamela Kribbe

Jeshua: Tu tarea es irradiar

Canal: Pamela Kribbe 

Queridos amigos,

Soy Jeshua. Los saludo a todos, uno por uno.Te saludo desde mi corazón, donde me siento unido a ti. No estamos separados, somos uno, unidos en un vasto campo de amor y abundancia interior. Siente cómo tu corazón es mucho más que un órgano físico; cómo es una puerta a otro mundo, un mundo más allá de lo físico. Tu corazón participa de ese vasto campo del que hablo. A través de tu corazón, entra la dimensión de tu alma.

Imagina que detrás de tu corazón físico hay un color, una energía, una amplitud que contiene la energía de tu alma. Siente esta presencia en la parte superior de tu espalda y cómo te rodea con un color o una sensación particular. Conéctate con esta energía y siente cómo, al hacerlo, te elevas por encima de la pesada vibración de la materia, del mundo terrenal. Te elevas a un campo energético con una vibración mucho más elevada, fluido y ligero, que contiene mucho conocimiento interior.

A través de tu alma te conectas con una inteligencia y con otros seres vivos, tanto en otras dimensiones como en la Tierra. Siente cómo puedes conectar con esa amplitud mientras sigues involucrado en tu vida cotidiana. Desde esa perspectiva, puedes recibir inspiración sobre las cosas terrenales y extraerles un significado que, a simple vista, no parecen tener.

Pide a tu alma que entre en tu cuerpo a través del corazón y lo llene por completo: cabeza, pecho, abdomen y piernas hasta los pies. Recibe a tu alma y siente cómo te unes a ella. El alma no es algo externo, es algo que puede penetrar cada célula de tu cuerpo. Cuando eso sucede, empiezas a vivir de otra manera, con mucha más confianza y paz, y desde esa calma puedes observar todo lo que sucede en ti y en tu vida.

Abre todas tus células a la energía de tu alma y observa cómo fluye un color que refleja plenamente la vibración de tu alma. Imagina que tu cuerpo absorbe por completo la vibración de tu alma; es natural que lo haga. Y eso se debe a que tu cuerpo es un ser vivo que recibe su vida de tu alma; una guía interior, por así decirlo.

Ahora imagina que la energía de tu alma fluye a través de ti y hacia el mundo terrenal; que fluye hacia tu vida diaria, tu trabajo y tus relaciones con los demás. Imagina que dejas fluir libremente la energía de tu alma. Observa si hay alguna situación en tu vida, quizás un problema, una persona en particular o una relación en la que quieras cambiar algo. Observa si hay algo especial que invite a la energía de tu alma a fluir hacia ello para crear claridad. Deja que el color y la energía de tu alma se dispersen allí y siente lo que sucede. ¿Qué impacto tiene la energía de tu alma en este problema, en esta situación o relación?

La energía del alma es neutral, sin prejuicios. Todo es lúcido y claro desde la perspectiva de esta suave neutralidad; no fuerza ni juzga. Ahora incorpora la energía de tu alma en ti y llena toda tu aura con ella. Deja que todo tu campo energético se llene de esta, tu propia energía. Siente que es natural sumergirte en tu propia energía, sentirte en ella.

Muchos de ustedes llevan en su aura energías que no les pertenecen, que creen estar obligados a llevar, pero que en realidad son responsabilidad de otros. Y a veces llevan consigo durante mucho tiempo estas energías inconscientes, que, por ejemplo, pertenecen a sus padres, familiares o amigos. Sepan que pueden llenar su aura con la energía pura de su alma. Y sientan también que es correcto hacerlo; que no dañan a nadie al hacerlo. La intención, el objetivo, es que sean un canal abierto para la energía de su alma, para que lo que tienen para dar —lo que es único para ustedes— pueda fluir al mundo. Es su energía única la que realmente ayuda y conmueve a los demás.

Tu tarea no es absorber la energía de los demás absorbiendo sus emociones o problemas, sino irradiar tu propia luz. La calidez y la compasión de tu luz conmoverán e inspirarán a otros. La intención es que no sufras con ellos —que es lo que muchos hacen—, sino que te desprendas de las energías pesadas de la sociedad humana y te dejes llevar por tu propia luz. Ese es tu propósito, tu misión, y es algo que te hace profundamente feliz.

No hay distinción entre dar a los demás, darte a ti mismo o sentirte realizado: todo es una sola corriente. Cuando la energía de tu alma fluye espontáneamente y sientes una profunda plenitud, ese es el propósito de tu vida. Cuando traes tu vibración y dones únicos a la Tierra, esa es la forma en que conectas al mundo al máximo. Así es como traes algo nuevo: una chispa de luz e inspiración única para ti.

Te pido que veas ahora en tu propio campo energético las zonas oscuras o energías que no pertenecen a él. No tienes que saber exactamente por qué están ahí ni de quién provienen. Obsérvalas con mucha neutralidad, sin juzgarlas, porque casi todos llevamos energías de otros. Observa, con mucha aceptación, dónde sientes que se encuentran esas energías en ti y en tu aura: ¿arriba o abajo, izquierda o derecha? Pregunta a tu campo energético; siente desde dentro qué energías, emociones o estados de ánimo residen allí.

Gran parte de la dificultad de esta situación radica en el miedo a ser diferente y a no ser aceptado por los demás. A partir de ese miedo, asumes la responsabilidad de los demás porque quieres cumplir con sus expectativas: las de tus padres, parejas, hijos. Y, como resultado, a menudo surge una fuga o un vacío en tu aura. Observa el miedo con amabilidad y aceptación, y toma consciencia de esa parte de ti que te abre a energías impersonales. Luego, dite a ti mismo con sencillez: «No necesito hacer esto; absorber la energía de los demás no es mi trabajo; no estoy aquí para esto».

Intenta mover un poco estas energías impersonales, o irradiarles luz sin ser hostil, sin presionarlas ni jalarlas, ni por querer eliminarlas demasiado rápido. Ten en cuenta que estas energías también se corresponden con tu miedo: miedo a ser grande, miedo a desviarte, miedo a no pertenecer. Si vas a limpiarte de las energías impersonales de tu aura, a menudo te toparás con estos miedos. "¿Está bien que sea tan autónomo y poderoso que solo permita entrar mi propia energía, sin necesitar la energía de los demás? ¿Seré entonces rechazado por los demás?"

Puede que aquí existan miedos muy profundos que solo pueden disolverse gradualmente, y la consciencia es la verdadera clave para lograrlo. Una vez que iluminas este proceso con tu luz de consciencia, las cosas empiezan a cambiar y las energías se transforman a un ritmo que te conviene. Te das cuenta, en tu vida diaria, de los miedos que cargas: miedo a los demás, miedo a mostrarte, miedo a no cumplir con las expectativas de los demás. Y esto se relaciona directamente con no permitir que la energía de tu propia alma penetre plenamente. Cuando tomas consciencia de ello, en ese momento el proceso de cambio ya comienza a ocurrir.

Finalmente, les pido a todos que con la conciencia desciendan a su chakra raíz, el centro energético en el coxis, al final de la columna vertebral. Allí están más fuertemente conectados con la Tierra, con lo material, con el cuerpo; permitan que la luz de su alma fluya plenamente a través de esta parte de su cuerpo. ¡ Y sientan que así es como debe ser! Puede que haya miedos muy antiguos allí, así que déjenlos entrar en su conciencia gradualmente; no tiene por qué suceder de golpe. Simplemente permitan que parte de la energía de su alma fluya hacia su chakra raíz, según lo sientan oportuno.

Ten en cuenta que recibirás ayuda de la Tierra. La Tierra siente la necesidad de un cambio. Quiere recibir la energía de tu alma; está abierta a recibirla. Te ayudará en todo lo posible para abrir ese canal y para que te sientas en casa. Siente el poder de la Madre Tierra.

Siéntete bienvenido en la Tierra; confía en la vida que hay aquí. Una nueva era ha comenzado, aunque aún quedan muchos cambios por delante, pero las semillas ya están sembradas y comienzan a florecer. Una nueva consciencia se hará visible. Eres uno de los primeros en desear conscientemente, en abrirte interiormente y alcanzar la plenitud.

Te tiendo la mano. Y te digo que hay mucho amor fluyendo hacia ti y que eres profundamente amado, tanto por los seres vivos de la Tierra como por las inteligencias vivas del más allá. Estamos contigo.

Muchas gracias por su atención.

© Pamela Kribbe