Heavenletters
Una Rosa Perfecta
Heavenletter # 299
Publicado el: 24 de Agosto de 2001
Dios dijo:
Rara vez has pensado en mí como alguien que desea. Has pensado en mí como alguien que cumple tus deseos.
O has pensado en mí como alguien que quiere.
Quizás mi deseo y mi voluntad son lo mismo. Ciertamente, lo que deseo se cumple.
Pensar en ti en mi corazón es lo mismo que tú.
Expreso un deseo, y el deseo se cumple. Mi deseo por ti se cumplió en el momento en que lo pensé.
La forma de un pensamiento expresa el deseo incipiente. El deseo es una agitación, y el pensamiento es el reconocimiento de esa agitación. Se siente deseo, y luego se piensa en ello.
Y sin embargo, tu deseo me llevó a pensar en ti. Querías ser expresado y me pediste esa expresión. ¿Fue mi deseo o el tuyo?
¿Estaba solo por ti? Anhelaba tu ser en nuestra creación, y anhelaste saber algo sobre ti. El surgir del huevo de mi ser, estirar tu ser, por así decirlo, alargarlo, envolverlo, fue una forma de expresarte y de verte más y de Mí mismo para verte. Así se hizo un espejo, y la Creación se creó a sí misma.
Antes de que pudieras aparecer en el mundo, el mundo tenía que ser creado como un patio de recreo para ti. De mi pensamiento, el mundo surgió.
Todo está contenido en mi pensamiento. Y estás contenido allí, y eres libre de deambular allí.
Un deseo es igual a sí mismo. Un deseo no es más ni menos de lo que es. Una margarita es una margarita. Una peonía es una peonía. Y tu eres tu.
Pensaste en ti mismo en muchas formas corporales, y entonces Mi único hijo fue replicado en lo que ves como muchos. Del polvo de Mi pensamiento, de sus consecuencias, por así decirlo, tú surgiste de Mi ser, y todavía lo somos. El polvo de Mi pensamiento se asentó, y tú surgiste de él.
Fuiste instantáneo porque Mis pensamientos se manifiestan más rápido que un rayo. Mi pensamiento es la manifestación. Y tu pensamiento es también tu manifestación.
Del deseo, del pensamiento, surge la manifestación. Toda esta belleza que te rodea: la creamos tú y yo.
Solo que no somos tú y yo. Soy yo, y tú eres mi pensamiento disperso en un universo disperso. Universo. Una canción que canto, y esa es tu canción. Yo canto para mi mismo.
Y me cantas de vuelta. Cantamos este estribillo, y se llama vida. Cantas para Mí y vives para Mí porque eres Mi deseo y Mi Voluntad manifestada.
Soy el campo en el que juegas.
Es mi corazón tu rasgueo.
Eres el anhelo de mi corazón por sí mismo.
Saliste a jugar en la Tierra. Te llamo a mí todos los días y te tengo a la vista. Puedo hacer esto fácilmente porque Somos Uno, y no puedes estar lejos de Mi pensamiento, que es tu realidad.
Eres mi pensamiento del corazón, mi canción del corazón, el deseo de mi corazón. Eres lo que he soñado y mi sueño se hizo realidad. Pensaste que eras tu propio sueño, y puedes pensar eso, pero eres mío. Eres tuyo y eres mío, pero eres tuyo solo hasta ahora porque el Padre no está lejos del niño que lo hizo Padre.
Nuestra conexión me da una gran felicidad, y esa felicidad que deseo darte para que la conozcas y conozcas algo del amor que te creó una rosa perfecta. Una rosa perfecta, no encerrada en vidrio, pero libre para volver al Cielo que nunca dejó por Mí y Mi amor por ti, la rosa perfecta.
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