Message from the Angels - Ann Albers - Mensaje de Los Angeles

My dear friends, we love you so very much,

When you find yourself doing something that doesn't feel good, pause and ask yourself, "Why am I doing this?" Keep digging. You'll either find that you don't have a good reason—or, more often, you'll discover that even the most unpleasant tasks are rooted in love.

You may not enjoy tidying the house, but you love a tidy home.

You may not enjoy your job, but you like the income and benefits.

You may not love doing all the paperwork it takes to manage your life, but you do love where you live and the quality of life it brings.

You may not love cooking, but you enjoy nutritious, tasty meals.

You may not enjoy all the mundane or difficult aspects of caregiving, but you love the one you're caring for so deeply that you do it willingly.

You may be in deep grief—but only because you loved so deeply.

If, even in the midst of unpleasant tasks or feelings, you can dig deep and find the love beneath them, then you've found the gold. If you can shift your focus to the loving "why" behind what you're doing, you raise your vibration in that instant—and open yourself to all sorts of goodness flowing into your life.

For example, maybe you're feeling burnt out being a "taxi service" for your kids or elders. You might be tired from caregiving, and that could lead to resentment, guilt, or frustration. But if you shift your focus just a little—to your loving "why"—you'll see that you do what you do because you love. When you acknowledge that love within yourself and focus on it, you'll feel soul-level respect for yourself. You'll feel your love for them. And in that vibration of love, you open to grace, guidance, goodness, and help.

Suppose you're grieving the loss of a loved one. It's painful to no longer have the physical connection. You miss them. But even amid the tears, you can say, "My God, this is how much I love. To the degree that I miss them, I love." You can choose to love yourself through your grief. And in those precious pauses, if you focus on your love for them—rather than the ache of missing them—your vibration rises. You begin to feel and sense their presence around you again.

We know things are happening in your world that are hard to witness. Wars. Disasters. Division. Many of you feel distraught and unsure of what to do. For a moment, ask yourself, "Why am I so upset?" Dig deep. Sooner or later, you'll find: you love. You love humanity. You love harmony. You love peace. You want truth. Focus there.

"I love humanity. I love peace. I love harmony. I love truth."

The more you focus on that loving "why," the more ideas will flow—ways to bring more peace, harmony, and truth into your own life and world. There is always a loving why.

Even if someone cuts you off in traffic and your first thought is, "That (X#!) could've killed me!"—dig deep. Why are you upset? Because you love peace. You love harmony. You love kindness and courtesy. You love being alive.

Focus on that:

"I love peace. I love harmony. I love kind and courteous drivers. I love being alive."

When love becomes your point of focus, you begin to attract more of what you love, be that kind drivers, experiences of connection with the other side, harmonious human beings, or peaceful periods of life.

Do your best, dear ones. Dig beneath the burdens, the complaints, the unwanted circumstances or emotions—and find the loving why underneath them all. Focus there as often as you can. Not only will you feel better, but what you see and attract will start to shift for the better.

And if you can't find the loving why, then love yourself through the difficult feeling. That, too, shifts your focus to love.

God Bless You! We love you so very much.
-- The Angels

Queridos amigos, los queremos mucho.

Cuando se encuentren haciendo algo que no les hace sentir bien, deténganse y pregúntense: "¿Por qué hago esto?". Sigan buscando. Descubrirán que no tienen una buena razón o, con más frecuencia, que incluso las tareas más desagradables tienen su raíz en el amor.

Puede que no disfruten ordenando la casa, pero aman un hogar ordenado.

Puede que no disfruten de su trabajo, pero aprecian los ingresos y las prestaciones.

Puede que no les guste todo el papeleo que implica administrar su vida, pero sí aman el lugar donde viven y la calidad de vida que les brinda.

Puede que no les guste cocinar, pero disfrutan de comidas nutritivas y sabrosas.

Puede que no disfruten de todos los aspectos mundanos o difíciles del cuidado, pero aman tanto a la persona que cuidan que lo hacen voluntariamente.

Puede que estén sumidos en un profundo dolor, pero solo porque amaron profundamente.

Si, incluso en medio de tareas o sentimientos desagradables, pueden buscar profundamente y encontrar el amor que se esconde tras ellos, entonces han encontrado el tesoro. Si puedes enfocarte en el amoroso "por qué" de lo que haces, elevas tu vibración en ese instante y te abres a todo tipo de bondad que fluye en tu vida.

Por ejemplo, tal vez te sientas agotado por ser un "servicio de taxi" para tus hijos o personas mayores. Puede que estés cansado de cuidar a alguien, y eso podría generar resentimiento, culpa o frustración . Pero si cambias tu enfoque un poco, hacia tu amoroso "por qué", verás que haces lo que haces porque amas. Cuando reconoces ese amor dentro de ti y te concentras en él, sientes un profundo respeto por ti mismo. Sientes tu amor por ellos. Y en esa vibración de amor, te abres a la gracia, la guía, la bondad y la ayuda.

Imagina que estás de duelo por la pérdida de un ser querido. Es doloroso perder la conexión física. Lo extrañas. Pero incluso entre lágrimas, puedes decir: "Dios mío, así de mucho te amo. En la medida en que lo extraño, amo". Puedes elegir amarte a ti mismo a través de tu duelo. Y en esas preciosas pausas, si te concentras en tu amor por ellos, en lugar del dolor de extrañarlos, tu vibración se eleva. Empiezas a sentir y percibir su presencia a tu alrededor de nuevo.

Sabemos que están sucediendo cosas en tu mundo que son difíciles de presenciar. Guerras. Desastres. División. Muchos de ustedes se sienten angustiados e inseguros de qué hacer. Por un momento, pregúntate: "¿Por qué estoy tan disgustado?". Profundiza. Tarde o temprano, descubrirás que amas. Amas a la humanidad. Amas la armonía. Amas la paz. Deseas la verdad. Concéntrate en eso.

"Amo a la humanidad. Amo la paz. Amo la armonía. Amo la verdad".

Cuanto más te enfoques en ese amoroso "por qué", más ideas fluirán.—Maneras de traer más paz, armonía y verdad a tu vida y a tu mundo. Siempre hay un "porqué amoroso".

Incluso si alguien te cierra el paso en el tráfico y tu primer pensamiento es: "¡Ese (X#!) podría haberme matado!", profundiza. ¿Por qué estás molesto? Porque amas la paz. Amas la armonía. Amas la amabilidad y la cortesía. Amas estar vivo.

Concéntrate en eso:

"Amo la paz. Amo la armonía. Amo a los conductores amables y corteses. Amo estar vivo".

Cuando el amor se convierte en tu enfoque, empiezas a atraer más de lo que amas, ya sean conductores amables, experiencias de conexión con el más allá, seres humanos armoniosos o momentos de paz en la vida. Haz lo

mejor que puedas, queridos. Profundiza en las cargas, las quejas, las circunstancias o emociones indeseadas, y encuentra el "porqué amoroso" que se esconde tras todo ello. Concéntrate en ello tan a menudo como puedas. No solo te sentirás mejor, sino que lo que ves y atraes empezará a cambiar para mejor.

Y si no encuentras el "porqué amoroso", entonces ámate a ti mismo a través de la sensación difícil. Eso también te lleva al amor. ¡

Que Dios te bendiga! Te queremos muchísimo.
-- Los Ángeles