LIBRO DE URANTIA PARTE I PALABRAS DE JESUS
95. TOMÁS Y EL SANEDRÍN
96. RESPUESTA A LA PREGUNTA DE PEDRO
“Esa noche, Natanael y Tomás poco durmieron; estaban demasiado impresionados por todo lo que habían escuchado en la casa de Nicodemo. Mucho pensaron sobre la declaración final de Jesús en relación con la oferta de los miembros y ex miembros del sanedrín de acompañarlo ante los setenta. El Maestro dijo: «No, hermanos míos, no serviría para nada. Multiplicaríais vosotros la ira que recaerá sobre vuestra cabeza, pero no mitigaríais en lo más mínimo el odio que ellos me tienen. Id, cada uno de vosotros, cumplid con los asuntos del Padre según os guíe el espíritu, mientras yo llevo nuevamente el reino a la atención de ellos en la forma en que mi Padre me lo indique».” (1811.1) 164:2.4
“Mientras estaban allí sentados pensando, Simón Pedro preguntó: «¿Es que dices esta parábola para nosotros, tus apóstoles, o para todos los discípulos?» Y Jesús contestó:
“«En los momentos de prueba se revela el alma del hombre; la prueba revela lo que verdaderamente alberga su corazón. Cuando el siervo haya pasado la prueba, el amo de la casa pondrá a este siervo al frente de la casa y le confiará su hogar, sabiendo con tranquilidad que sus hijos serán debidamente cuidados y alimentados. Asimismo, yo pronto sabré en quien podré confiar el bienestar de mis hijos, cuando regrese al Padre. Así como el amo de la casa pondrá los buenos y probados siervos a cargo de los asuntos de su familia, del mismo modo yo pondré a cargo de los asuntos de mi reino a los que resistan las pruebas de este período.
“«Pero si el siervo es holgazán y piensa en su corazón, ‘mi amo tarda en llegar', y comienza a maltratar a los demás siervos y come y bebe con los borrachos, y entonces el amo regresará en el momento en que él no lo espera y, encontrándolo infiel, lo expulsará en deshonra. Por lo tanto hacéis bien en prepararos para ese día en que de pronto seréis visitados inesperadamente. Recordad, mucho se os ha dado; por lo tanto, mucho se esperará de vosotros. Duras pruebas se os avecinan. Yo tengo un bautismo que me bautizará, y vigilaré hasta que esto se haya llevado a cabo. Vosotros predicáis paz en la tierra, pero mi misión no traerá paz en los asuntos materiales de los hombres, por lo menos, no por un tiempo. La división es el único resultado posible cuando dos miembros de una familia creen en mí y tres de ellos rechazan este evangelio. Amigos, parientes y seres queridos están destinados a estar los unos contra los otros por causa del evangelio que vosotros predicáis. Es verdad que cada uno de estos creyentes tendrá una gran paz duradera en su corazón, pero la paz en la tierra no llegará hasta tanto no estén todos dispuestos a creer y a ingresar en la herencia gloriosa de la filiación de Dios. Sin embargo, salid a todo el mundo y proclamad este evangelio a todas las naciones, a todo hombre, mujer y niño».” (1824.4) 165:6.1 (Lucas 12:41-48)
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